Por Patricia Zapor
Catholic News Service
WASHINGTON — Cuando en el sitio de la red electrónica llamada Snopes.com que se especializa en desbaratar mitos, se aprontan a desacreditar una noticia que circula en el Internet, es una buena indicación de que muchas personas experimentan gran confusión.
“No”, dicen los encargados de Snopes, asegurándonos que no existe tal como una cobija de “amnistía para extranjeros que estén ilegalmente en el país”.
Y todavía no se ha fijado el proceso para la aplicación práctica administrativa anunciada en junio mediante la cual se les permitiría a un millón o más de jóvenes que solicitaran registro en un programa que deferiría la posibilidad de ser deportado y que les permitiría contar con permiso para trabajar.
Pero está por llegar. Y los posibles candidatos pueden hacer muchas cosas para estar listos, de acuerdo con abogados que se preparan para ayudar en el proceso de solicitudes. Y dicen, por ejemplo: Saquen copias oficiales de calificaciones de escuela, además de documentos que las iglesias puedan proveer y otras pruebas del tiempo que la persona haya estado aquí en los Estados Unidos; además, documentos de impuestos al gobierno, renta y pago de hipoteca. Asegurarse también que el pasaporte esté vigente y que la persona esté registrada dentro del Servicio Selectivo si la persona es varón que fluctúe entre los 18 a 26 años de edad. Si la persona no terminó los estudios de escuela preparatoria, deberá apurarse y obtener pronto el certificado conocido por sus siglas inglesas de GED. La persona debe también reunirse con sus padres respectivos y saber muy bien la historia completa de cómo llegaron a este país.
El presidente Barack Obama anunció el 15 de junio un sistema mediante el cual algunos jóvenes que están en el país ilegalmente podrían solicitar “una acción diferida”, para que en forma práctica se pusiera en archivo la posibilidad de deportación durante dos años y se les diera la oportunidad de trabajo legal con la posibilidad de obtener licencia de manejo y quizá la de asistir a colegio o universidad con colegiatura reducida a precio de residente estatal.
Todas esas palabras imprecisas de suerte, posibilidad y ´quizá’ son la fuente de preguntas interminables, la mayoría de las cuales no se pueden contestar sino hasta que el gobierno dé a conocer la guía precisa de pasos a seguir, a mediados del mes de agosto, para saber cómo se va a aplicar la medida.
Una abogada de inmigración de Virginia, Vanessa Rodríguez, habló en una reunión de alcaldía el 11 de julio, en Arlington, Virginia, y trató de explicar lo que se conoce hasta ahora como “acción diferida” y lo que todavía falta por determinarse.
Entre los aspectos que todavía no se conocen se pueden contar los siguientes:
— ¿El hecho de solicitar acción diferida pondría en riesgo de deportación a los padres del solicitante y otros familiares dado que las autoridades sabrían en dónde encontrarlos?
— ¿Las posibles ofensas que hubieren sido cometidas por un solicitante en su edad juvenil contarían en su contra si solicita como adulto o adulta?
— ¿Los estados respectivos darán licencia de manejo de vehículo para los solicitantes de acción diferida?
— ¿Si se rechaza una solicitud, el o la solicitante corren mayor riesgo de deportación puesto que el gobierno tendrá nueva información sobre él o ella?
Considerando la falta de detalles, excepto los dados a conocer por el Departamento de Seguridad Nacional en el mes de junio, muchos de los consejos que pudo dar la abogada Rodríguez al público de unos 30 jóvenes, más o menos, que la escuchaban, junto con algunos padres de posibles solicitantes, fueron bastante generales: Nunca digan una mentira en una solicitud, certifiquen copias de todos sus documentos que puedan probar el tiempo de arribo a este país y de su buena presencia dentro de la comunidad. Procuren consejo de alguien que esté entrenado para ayudar en el proceso antes de entregar su solicitud.
María Odom, directora ejecutiva de Catholic Legal Immigration Network, o CLINIC (Red Católica de Inmigración Legal), le dijo al Catholic News Service el 12 de julio que el personal de CLINIC y sus agencias afiliadas y otras organizaciones de asistencia legal se preparaban para atender lo que se anticipa como una multitud de personas que llegarán con preguntas y solicitudes. Se entrenará a abogados y personas voluntarias para que puedan ayudarle a la gente a tomar la decisión de solicitar la acción diferida o esperar a ver cómo se desenvuelven los acontecimientos.
Odom dijo que a pesar de que haya riesgos en la solicitud, probablemente sería conveniente hacerlo para muchas personas para que puedan “salir de las sombras” y ser capaces de vivir sin miedo a la deportación y la posibilidad de trabajar legalmente.
Diana, inmigrante colombiana que pidió no ser identificada, le dijo a CNS, después de asistir a la reunión que había decidido reunir todos los materiales necesarios pero que quería “esperar para ver si aceptan o rechazan muchas solicitudes”.
Diana llegó a los Estados Unidos en forma legal, con visa de turista, con su familia, cuando ella tenía 8 años de edad; pero la debilitada economía de Colombia y los riesgos causados por los grupos delincuentes de drogas convencieron a sus padres para salir de su patria. Y se quedaron aquí después del tiempo permitido por la visa de turista y nunca han tratado de legalizar su estado migratorio.
“Pensaron solicitar asilo cuando unos primos lo hicieron”, dijo Diana. “Una persona de la familia lo logró y otra no y fueron deportados inmediatamente. Mis padres tienen evidencia que les podría dar el asilo pero están temerosos de no lograrlo”.
Cuando Diana tenía 14 años se interesó en oportunidades como la de estudiar en Europa, pero sus padres le dijeron acerca de su estado ilegal y que si salía de los Estados Unidos corría el riesgo de ser deportada a su regreso.
Diana terminó la escuela preparatoria y empezará sus estudios de Universidad o colegio en la Universidad de George Mason, en el otoño. Sin embargo no ha tenido un trabajo con salario regular y solamente lo ha hecho como niñera y también trabajo voluntario. Diana quiere bastarse a sí misma y poder pagar los gastos de universidad por ella misma, dijo.
La posibilidad que anunció Obama se aplica a personas que fueron traídas a los Estados Unidos antes de cumplir los 16 años y que no hayan cumplido todavía los 30. Caso por caso, el departamento de Seguridad Nacional considerará otorgar los permisos de (estado protegido) o deportación diferida a tales personas que hayan vivido continuamente en los Estados Unidos por lo menos durante cinco años y estaban en el país el 15 de junio de 2012. Las personas que obtengan deportación diferida podrán solicitar el mismo estado cada dos años.
El anuncio del departamento de Seguridad Nacional decía que los solicitantes deben estar en forma continua en la escuela, o haberse graduado, tener el certificado de GED o haber sido dados de baja honorablemente de las fuerzas armadas. No pueden haber sido encontrados culpables de delito mayor ni menor ni de múltiples de ellos.
Las iglesias y grupos comunitarios distribuyen extensamente una lista de información sobre lo que las organizaciones llaman la policía del DREAM. También animan a las personas a que reúnan sus documentos para estar listos a presentar su solicitud, con la advertencia de que todavía nadie tiene la solicitud legítima.