SICKLERVILLE — En solo unos momentos, en el nivel inferior de la Iglesia de San Carlos Borromeo, una religiosa de Bridgeton transmitió lo que ha estado en el corazón del discipulado cristiano por unos 2,000 años.
La Hermana María de Jesús Herrera, miembro de las Hijas Misioneras de la Purísima Virgen María, fue una de las varias personas que dieron un breve testimonio de sus experiencias como líder catequético parroquial durante un taller titulado “La Familia en el Corazón de la Catequesis y la Evangelización” el 10 de mayo. La religiosa, que forma parte del equipo pastoral de la Parroquia de la Santa Cruz, habló sobre la creciente comunidad de inmigrantes de la zona y la necesidad de religiosas bilingües y que puedan conducir. (“Yo soy Uber”, dijo alegremente.) La iglesia debe acompañar a los necesitados, incluyendo a los que actualmente no son miembros activos de la iglesia, dijo.
Luego se detuvo, repentinamente incapaz de continuar mientras luchaba por contener las lágrimas.
“Lo siento. Es que se me rompe el corazón “, se esforzó por decir. “Oren por nosotros. Hay muchas necesidades en nuestra comunidad de inmigrantes. Hay mucho dolor y sufrimiento y soledad”.
El Padre Vincent Guest, ex párroco de la parroquia, recordó cómo las monjas llevaban a los feligreses a las citas médicas, a Newark para asuntos relacionados con inmigración y otros destinos. “De lo que estamos hablando es de la pre evangelización”, dijo, y agregó que el mandato de Jesús de amar al prójimo es “el corazón de la catequesis”.
Esos pocos minutos estuvieron en el centro emocional de un día de presentaciones, testimonios y discusiones sobre cómo las parroquias pueden ayudar a cultivar la fe entre los jóvenes y sus familias.
Patrocinado por las oficinas diocesanas de Camden del Ministerio Hispano, Fe y Vida Familiar, y Evangelización, el taller atrajo a varias docenas de personas. Llevado a cabo en español al día siguiente, en la Casa de Retiros San Juan Pablo II en Vineland, atrajo a más de 100.
“Es muy importante para nosotros, los ministros pastorales, colocar a la familia en el centro de nuestras iniciativas de catequesis y de evangelización”, dijo Andrés Arango, Delegado del Obispo para el Ministerio Hispano y Director de Evangelización de la Diócesis de Camden. “Necesitamos empoderar a las familias para evangelizar a otras familias. Al mismo tiempo, es importante motivar a las familias a ser auténticas pequeñas comunidades cristianas a través de la oración, el servicio y el amor en sus propios hogares”.
Los oradores invitados fueron Dulce Jiménez, Directora de Mercados Bilingües de Religión de William H. Sadlier, Nueva York, y el Padre Alejandro López-Cardinale, Párroco en la Arquidiócesis de Boston y Presidente de La RED (Red Nacional de Pastoral Juvenil Hispana).
El Padre López-Cardinale dijo que la iglesia, en un sentido espiritual que ha tenido efectos sociológicos, ha jugado un papel importante en el concepto contemporáneo de la familia. Citando los Hechos de los Apóstoles, observó que las reuniones familiares eran el lugar para adorar en la iglesia primitiva. “Fue el comienzo de la iglesia doméstica”, dijo, con relaciones familiares que reflejan las relaciones del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
El renovado énfasis de la iglesia en la iglesia doméstica desde el Concilio Vaticano II, dijo, está amenazado por muchos elementos de la cultura contemporánea, incluidas las dificultades financieras, las drogas, la violencia doméstica y la pornografía.
Tanto el Padre López-Cardinale como Jiménez ofrecieron algunas sugerencias prácticas para fomentar la fe familiar, pero ambos advirtieron contra el pensamiento rígido, argumentando que cada parroquia es diferente y que los equipos pastorales tienen que encontrar los mejores enfoques para los miembros de su comunidad. Al igual que la Hermana María de Jesús, indicaron que las relaciones son más importantes que las estrategias.
Jiménez ofreció tres pautas simples: creer en la comunidad, entender a los participantes, ser creativo.
El sacerdote alentó las visitas domiciliarias y dijo que él invita a los feligreses a la rectoría a comer. (“Me encanta cocinar”, dijo.)
Si bien la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II puede ser, al menos inicialmente, difícil de vender a los jóvenes, dijo que son receptivos a los problemas de justicia social, así que hay que empezar por involucrarlos con el material disponible en el sitio web de Servicios de Ayuda Católicos (CRS).
También alentó al personal de la parroquia a involucrarse, o al menos a estar presente, en la vida cívica, simplemente porque los problemas ajenos a la iglesia son una parte tan importante de la vida de sus feligreses. “Tenemos que deshacernos de nuestro miedo a ser católicos en público”, dijo.