El mundo entero tiene los ojos en Camden.
Eso es lo que Carlos Zech, profesor de economía en la Universidad de Villanova, dijo en la Ceremonia de Acuerdos entre la diócesis y la Universidad realizada el 31 de marzo. Este acuerdo marca una dimensión nueva en los esfuerzos diocesanos de formación de fe de educar a nuestros feligreses laicos con las herramientas necesarias para poder administrar bien nuestras parroquias diocesanas.
¿Por qué nos están mirando? En muchas formas somos una diócesis bastante típica, con ciudades, pueblos, zonas rurales y zonas elegantes, que representan bien el mosaico de grupos étnicos reflejando lo mismo a nivel nacional de nuestro país.
Nos miran porque, como lo dijo el Dr. Carlos Zech, la Diócesis de Camden está en primera fila planificando para la iglesia del futuro. El trabajo de consolidaciones parroquiales que hemos realizado esta siendo cuidadosamente observado y considerado por otras diócesis a lo largo y ancho del país que vienen pasando por las mismas situaciones de menos participación en las misas, la falta de vocaciones sacerdotales y la necesidad de revitalizar la vida parroquial. Con frecuencia recibimos comentarios y preguntas de otras diócesis que están ya prontos a embarcarse en una aventura similar a la nuestra.
En el 2005, la Diócesis de Camden tenía 124 parroquias. Ese mismo año decidí visitar cada una de las parroquias y escuchar de los feligreses mismos las tres prioridades pastorales que cada uno consideraba importante tenerse en cuenta. De todas las prioridades mencionadas, seis emergieron – la necesidad de mejorar nuestras liturgias, ministerio laico, promocionar las vocaciones sacerdotales, recuperar a los jóvenes y jóvenes adultos, alcance compasivo a los menos favorecidos, y la necesidad de promover formación de fe en todos los niveles. Obviamente, se me hizo muy claro que la estructura parroquial como estaba no era capaz de responder a todas las prioridades de forma efectiva.
Una de las razones principales para esta gran necesidad era la parte económica. Un tercio de nuestras parroquias venía teniendo gran dificultad en pagar los costos básicos. La diócesis hasta la fecha había cubierto deudas parroquiales por un total de más de $ 25 millones de dólares a lo largo de diez años. Una situación imposible de seguir manteniendo tal cual. Lo que se me había dicho en las sesiones de sondeo era la urgencia de poder ofrecer los recursos necesarios a los laicos. Iniciar el proceso de consolidaciones era urgente. Realmente ha sido un tremendo estirón para todos. Los cambios no son nada fáciles tampoco. Pero, estamos llegando a la meta final del proceso y en medio de un avance favorable hacia la renovación parroquial tan deseada por todos a lo largo de las 71 comunidades. Gracias a Dios, ya se pueden vislumbrar algunas señales positivas en el horizonte que nos llevan en la dirección correcta.
El número aproximado de participantes en las liturgias dominicales va en aumento. Confieso que no es nada fácil para un Obispo señalar algunas historias exitosas de ciertas parroquias. Al igual que no debe ser nada fácil para las mamás tener que decir cuál es el hijo favorito. Pero, las parroquias nuevas de Cristo Nuestra Luz en Cherry Hill y Nstra. Sra. De Guadalupe en Lindenwold están llenas de actividades que van más allá de las celebraciones litúrgicas. Cada vez que visito alguna otra parroquia me siento muy animado al ver la vitalidad e interés presente en los feligreses también.
Hay mucho más por hacer en realidad. La asistencia a las misas, como sucede en nuestro país, va bordeando el 20% de todos los católicos. Jesús en la parábola del buen pastor nos invita a considerar la importancia de encontrar a la oveja perdida del rebaño de 100. En contraste a la parábola del buen pastor, nuestra oveja perdida aquí en el Sur de Nueva Jersey es la mayoría de los fieles. Como pastores, tenemos que buscar e invitar a las ovejas perdidas nuestras que regresen al rebaño. De forma particular a la juventud y los jóvenes adultos. También debemos dar una cordial bienvenida a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, como los latinos de nuestra diócesis, cuya presencia va en aumento. Frecuentemente me encuentro hablando en español mucho más aquí en Nueva Jersey de lo que tuve que hacerlo mientras trabajaba en Texas, cerca de la frontera con méxico.
Sin embargo, vamos avanzando hacia mejores momentos de cercanía con los católicos del Sur de Nueva jersey. En el otoño, esperamos iniciar los planes necesarios para realizar el censo diocesano. Esperamos que este esfuerzo nos ayude a identificar y encontrar a los católicos bautizados de la diócesis para ofrecerles una cordial bienvenida de regreso al rebaño (mayores detalles serán ofrecidos más adelante).
Como siempre, seguiremos haciendo énfasis que los pastores de los cuales Jesús habló no son sólo los sacerdotes y los religiosos. Queremos seguir desafiando a los laicos en su preparación formal para esta gran tarea de evangelización que los documentos del Vaticano II invita a todos los bautizados a asumir responsabilidad plena en el ministerio de la iglesia.
Estamos poniendo todos nuestros recursos en obtener dicha meta. Nuestro acuerdo último con la Universidad de Villanova es una oportunidad más que ofrecerá las habilidades y destrezas necesarias para mejor administrar nuestras parroquias, ya sea por laicos y/u ordenados. Es un esfuerzo de educación contínua donde la diócesis asume un tercio del costo total, las parroquias un tercio y los estudiantes otro tercio. También hemos podido obtener descuentos enormes de las demás instituciones educativas con las cuales ya firmamos acuerdos para la formación de fe. Tenemos más de 300 laicos a lo largo de la diócesis beneficiándose de esta maravillosa oportunidad.
Entonces, ¿por qué todo el mundo tiene los ojos en Camden? Obviamente no es porque el Sur de Nueva Jersey está loco por los Phillies y los Eagles. Tampoco es porque tenemos un bello acuario ni preciosas playas. Pero si es porque un dinamismo inmenso está haciéndose visible en la Diócesis de Camden mientras vamos formando el futuro de la iglesia de Dios.
Traducido por Hna. Sonia Avi, IHM
Ministerio Hispano