Nuestro Santo Padre, el Papa Francisco nos ha dado un regalo – el Jubileo de la Misericordia que será celebrado por la iglesia universal desde el 8 de diciembre de 2015 hasta el 20 de noviembre de 2016. El celebrar un Año Jubilar es de origen bíblico. En la tradición Judía era una oportunidad para que Israel estableciera una relación correcta con Dios. En el año 1300 DC, la Iglesia comenzó a celebrar el Año Jubilar y lo ha continuado con regularidad cada cincuenta años. El último Año Jubilar fue declarado por San Juan Pablo II para el año 2000, al inicio del tercer milenio. En ocasiones de especial importancia en la historia del Cristianismo se ha celebrado un Jubileo extraordinario. Por ejemplo, el año 1933 fue declarado Año Jubilar para celebrar 1,900 años de la redención de la raza humana que data desde la muerte y resurrección del Señor en el año 33 AC.
Este Jubileo de la Misericordia es un Jubileo Extraordinario que es muy necesario. Este regalo puede animarnos a vivir nuestra fe con una convicción más profunda. Nos puede renovar como discípulos misioneros de Jesucristo. Nos puede ayudar a conocer mejor el misterio de Dios. Al igual que con cualquier regalo, el Jubileo Extraordinario de la Misericordia debe ser utilizado para que dé resultados en nuestras vidas. A través de nuestra participación activa en los diversos eventos y celebraciones del Jubileo de la Misericordia, eso puede suceder.
El Jubileo será un tiempo para que nos centremos en la Misericordia de Dios; para que podamos experimentar profundamente la Misericordia de Dios y compartamos nuestra experiencia de la Misericordia de Dios con otros. La práctica de las Obras de Misericordia Espirituales y Corporales nos brinda la oportunidad de compartir y mostrar Misericordia. El Papa Francisco nos recuerda que “la Misericordia nos indica la acción de Dios hacia nosotros.” En otras palabras, la Misericordia es la manera que Dios se relaciona con nosotros. Que cada uno de nosotros tengamos una experiencia profunda de nuestro encuentro con la Misericordia de Dios durante el desarrollo este Año Jubilar.
La Misericordia está en el corazón del Evangelio. Es central en la enseñanza y la predicación de Jesucristo por la cual mostró que Él es el rostro de la Misericordia de Dios. Él predicó la Misericordia de Dios. Él enseñó la Misericordia de Dios. Que durante el Jubileo Extraordinario podamos sentir la Misericordia de Dios desbordarse en nuestras vidas. Y que nos llene de tal manera que influya en nuestras relaciones con los demás. Que podemos intercambiar Misericordia los unos con los otros. Que seamos rostros de la Misericordia de Cristo en nuestro mundo. El lema de este Jubileo Extraordinario es “Misericordiosos como el Padre”. Que esto nos describa. Como lo escribió el Santo Padre: “A veces se nos llama a contemplar más atentamente la Misericordia, para que podamos llegar a ser símbolos más eficaces de la acción del Padre en nuestras vidas.”
A lo largo del Año de la Misericordia, el Comité del Jubileo de nuestra diócesis ha planeado una serie de celebraciones que se publicarán a través de los boletines de las parroquias; la página web de la diócesis y el periódico diocesano Catholic Star Herald. Los invito a cada uno de ustedes a participar de la manera que les sea posible para que puedan sentir la gracia del Señor abundantemente durante este Jubileo.
Una característica importante del Año de la Misericordia es una peregrinación que termine una Puerta Santa. El Papa Francisco ha dado permiso para establecer en cada diócesis una PUERTA SANTA. Para poder facilitar a nuestros fieles el hacer una peregrinación a una Puerta Santa, he establecido cinco iglesias de peregrinación en la diócesis. La lista de las iglesias de peregrinación esta después de esta columna. “La Puerta Santa se convertirá en una Puerta de Misericordia a través de la cual cada persona que entre va a poder sentir el amor de Dios que consuela, perdona e infunde esperanza”, escribe el Papa Francisco. Una Indulgencia (la remisión de los efectos del pecado) está disponible para aquellos que hagan la peregrinación y caminen a través de una Puerta Santa. Que cada católico en nuestra diócesis pueda pasar por una Puerta Santa durante este Año Jubilar y conozca la Misericordia de Dios.
Dejemos que Dios nos sorprenda este Año Jubilar con una experiencia personal del “bálsamo de la Misericordia” con el resultado de un compromiso personal de vivir la Misericordia de Cristo. Por favor, inviten a otros, sobre todo a los que están alejados de la iglesia, a participar con ustedes en este Año Maravilloso de Gracia. Compartan con ellos el regalo del Jubileo de la Misericordia que el Santo Padre nos ha regalado.
Las iglesias de peregrinación
— Cathedral of the Immaculate Conception, Camden
— Church of Our Lady of Lourdes, Mary Mother of Mercy Parish, Glassboro
— Church of Saint Nicholas, Parish of Saint Monica, Atlantic City
— Church of Saint Francis of Assisi, Divine Mercy Parish, Vineland
- Church of our Lady Star of the Sea, Cape May