Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo:
Me dirijo a ustedes acerca de un asunto serio sobre el derecho fundamental a la libertad religiosa para todos los ciudadanos de cualquier fe. El gobierno federal ha asestado un duro golpe a los Católicos y a todos los que son servidos por nuestros fieles Católicos a través de nuestra educación, cuidado de salud y ministerios de caridad.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos anunció en enero que casi todos los empleadores, incluidos los empleadores Católicos, se verán obligados a ofrecer cobertura de salud a sus empleados que incluya esterilización, drogas inductoras al aborto y los anticonceptivos. Casi todas las aseguradoras de salud se verán obligadas a incluir estos artículos en las pólizas de salud que ellos escriben. Y casi todos los individuos se verán obligados a comprar esa cobertura como parte de sus pólizas.
En la sentencia, la Administración ha dejado de lado la Primer Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, negando a los Católicos la primera y más fundamental libertad de nuestra nación, que es la libertad religiosa. Y como resultado, a menos que la sentencia sea revocada, nosotros los Católicos estaremos obligados a infringir nuestras conciencias, o a eliminar la cobertura de salud para nuestros empleados (y sufrir las penalidades por hacerlo). La única concesión de la Administración fue dar a nuestras instituciones un año para cumplir.
Nosotros no podemos— no vamos— a cumplir con esta ley injusta. No pueden hacer de las personas de fe, ciudadanos de segunda clase. Estamos unidos ya a nuestros hermanos y hermanas de todas las religiones y muchos otros de buena voluntad en este importante esfuerzo para recuperar nuestra libertad religiosa.
Yo les pido dos cosas. En primer lugar, como una comunidad de fe, debemos comprometernos a la oración y el ayuno para que la sabiduría y la justicia prevalezcan y la libertad religiosa pueda ser restaurada. Sin Dios, no podemos hacer nada; con Dios, nada es imposible. En segundo lugar, también les recomiendo que visiten www.usccb.org/conscience, para que aprendan más sobre este grave asalto a la libertad religiosa y como ponerse en contacto con el Congreso en apoyo a la legislación que busca revocar la decisión de la Administración.
Que Dios continúe bendiciéndoles y guiándoles.
Fraternalmente en Cristo,
Reverendísimo José A. Galante, D.D., J.C.D.
Obispo of Camden