Mis estimada/os hermanas y hermanos,
Durante los últimos 11 años, yo he sido tratado para la diabetes de Tipo II . Por un poco más de un año, yo he estado sufriendo de una enfermedad crónica de riñón, que está ahora en la Etapa IV. Esto significa que en un futuro cercano comenzaré diálisis.
Durante lo últimos dos meses yo he tenido una serie de procedimientos médicos para prepararme para la diálisis. Uno de estos procedimientos tuvo complicaciones que necesitaron una hospitalización, debido a una infección que ahora es tratada con antibióticos intravenosos.
Cuando comience la diálisis, después de un período de entrenamiento en un centro, mi diálisis será hecha en casa seis días por semana, por un máximo de tres horas por día.
Esto me debe permitir poder continuar un horario activo de trabajo tanto en la oficina como en la celebración de liturgias en nuestras parroquias.
Estoy muy agradecido por el maravilloso personal, competente y dedicado, que trabaja conmigo. Con su ayuda, el trabajo de la diócesis continúa. Su dedicación y preocupación pastoral son un gran regalo para todos nosotros aquí en la Diócesis de Camden.
Esta enfermedad, con sus inconvenientes y disminuida fuerza y energía, me ha proporcionado una oportunidad de gracia para una oración y reflexión más profunda. He venido a apreciar y valorar cada vez más la relación que tengo con ustedes, mi pueblo. Mi amor por ustedes, la Iglesia del Sur de Nueva Jersey, continúa profundizándose. Ofrezco diariamente a nuestro Padre Celestial mi enfermedad con todo lo que ella conlleva por ustedes, para que ustedes puedan tener una fe y una confianza más profunda en Jesús y una práctica más ferviente de esa fe.
Esta enfermedad, en la Providencia de Dios, me ha traído una cercanía aun mas profunda con ustedes a quienes sirvo y me ha dado una apreciación más grande de lo que significa ser un obispo. Como San Agustín dijo elocuentemente, “con ustedes yo soy un cristiano, para ustedes, yo soy un líder (pastor).” Estoy descubriendo que el pastoreo es más que la expresión publica, sino que puede ser gozo y aceptación dispuesta de la Presencia de Dios, aún en nuestras debilidades y limitaciones.
Les doy gracias por su oración y su paciencia. Sepan por favor que están continuamente en mis oraciones, en mis pensamientos y en mi corazón.
Dios los continúe bendiciendo y guiando,
Obispo José Galante
Diócesis de Camden