En su mensaje para esta Cuaresma del 2014 nuestro Santo Padre el Papa Francisco se refiere a los días de Cuaresma como un viaje. “Así mismo ruego para que cada miembro individual de los fieles y cada comunidad eclesial emprendan un viaje fructífero.” Todos los viajes tienen un principio y un final. El viaje de Cuaresma 2014 comienza AHORA.
El Miércoles de Ceniza el Apóstol Pablo nos recuerda, “Ahora es un tiempo muy aceptable. Ahora es el día de salvación.” (2Cor.5:8).
Deja que AHORA comience para ti esta Cuaresma. No pospongas el viaje ni te excuses de el. El viaje tendrá una duración de cuarenta días en la imitación de los cuarenta años que el pueblo de Dios deambuló en el desierto; en homenaje a los cuarenta días y noches que el Señor Jesús pasó en el desierto. Comienza el viaje. Terminará el miércoles de la Semana Santa, el 16 de Abril.
Cosas suceden durante cada viaje. Lo mismo pasa en el viaje Cuaresmal.
Las cosas nos suceden para que podamos crecer en Cristo; para que podamos ser mas como Él. Lo que suceda depende de las semillas que se planten durante el viaje, para que la Cuaresma sea, en las palabras del Santo Padre, “fructífera.” Somos guiados por la oración, la penitencia y la caridad. Estas trazan el camino. Estas son las que necesitamos sean plantadas en nosotros para que puedan brotar y crecer.
Cada uno de nosotros puede participar en este trabajo durante la Cuaresma, de modo que nuestros viajes sean fructíferos. La Iglesia obliga a aquellos entre las edades de 14 y 59. Sin embargo, incluso esos no obligados pueden unirse en el viaje y plantar las semillas de la caridad, penitencia y oración.
El mandato del profeta Joel proclamado el Miércoles de Ceniza se dirige a todos nosotros. “Reunir al pueblo, juntar a los ancianos; reunir a los niños y a infantes; a la novia y el novio.” Todos nosotros podemos renunciar a cosas. Cosas que nos gustan. Renunciamos a ellas. Nos negamos a nosotros mismos con el fin de darnos cuenta de que necesitamos más de Dios en nuestras vidas. Nos negamos para dar más a Dios. Sacrificios se pueden hacer por cada uno de nosotros en una cierta forma u otra.
Nuestros sacrificios se identifican con el sacrificio del Señor para nuestra salvación en la Cruz. Penitencia o sacrificios, renuncias, dirigen el viaje y pueden producir mucho fruto para nuestra vida en Cristo. La penitencia se ofrece a Dios. La caridad se da a los demás. Penitencia y sacrificio significan olvidarse de uno mismo y renunciar al pecado. La caridad trata de dejar entrar a Dios y dejar que los demás se beneficien de nuestra caridad y también de nuestros sacrificios.
El camino Cuaresmal es un viaje lleno de gracia en el que Cristo nos encuentra en cada giro y en retorno la oración, la penitencia y la caridad nos dirigen a Él. Necesitamos este viaje. Los animo a viajar este camino de Cuaresma 2014.